El Chinkon, es la preparación de la mente. Un proceso de unos 10 minutos en el que se recitan las enseñanzas filosóficas básicas en formas de máximas y en cuya parte central se practica sentado chosoku con el objetivo de aprender a controlar la respiración y buscar el equilibrio corporal y mental. La mente debe estar en blanco para entregarse con concentración al aprendizaje del arte.
Entonces, los practicantes recitan en voz alta 3 estrofas que recopilan la filosofía del Shorinji Kempo. El Seiku describe los preceptos, “que hacen énfasis en la propia responsabilidad de cada uno sobre sus actos buenos o malos”. El kenshi recita las promesas que la práctica exige al Seigan, asentadas en las 5 claves confuncianas. El Shinjo, en cambio, recopila los propósitos de los practicantes, así como sus objetivos personales y sociales “que ambicionan la paz, la armonía y la solidaridad”.
Entre el Seigan y el Shinjo se dan unos minutos de zazen para “limpiar la mente de pensamientos ajenos a la práctica y llevar la conciencia a un estado de serenidad y concentración apropiado para un aprendizaje efectivo”. Es importante mantener una respiración pausada, una postura correcta y una mente libre de pensamientos. También es usual al mismo tiempo la lectura del Dokun (Dinámica del Camino), un texto que habla sobre “el comportamiento justo y los ideales de benevolencia, justicia, sinceridad, piedad y respeto que debería anhelar en la vida de todo ser humano”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario