Las palabras
transmiten algo más que un significado; también muestran el estado de ánimo y
la disposición del que habla. Durante el entrenamiento de Giwakempo, la forma
de hablar es tan importante como la actitud. Nuestra forma de hablar no sólo
comunica ideas a nuestros compañeros, sino que también expresa la propia
personalidad.
[...]Se dice que no hay que dudar jamás en corregirse cuando uno
ha cometido un error. La falta desaparece rápidamente si uno se corrige sin
demora. Cuando se intenta remediar un error, ello se vuelve desplazado y doloroso.
Cuando se dice algo que no se debería haber dicho, si uno se autocritica rápida
y claramente, aquello se olvida pronto y ya no hay necesidad de preocuparse.
Pero si alguien os censura, hay que saber contestar:
"Os he dado las razones de mis propósitos
inconsiderados, yo no veo nada más que hacer si no las aceptáis.Puesto que he dicho esto sin querer, deberá pasar como si
nadie lo hubiera oído. Nadie puede sustraerse a una reprimenda."
[...]La mejor actitud respecto a las palabras es no usarlas. Si
pensáis que podéis pasar sin usarlas, no habléis. Lo que debe ser dicho debería
serlo siempre de la manera más concisa, lógica y clara posible. Una cantidad sorprendente
de personas se ridiculizan hablando sin reflexionar y se desconsideran otra
tanto.[...]