"El objetivo del Shorinji Kempo no es enseñar técnicas. El objetivo es el desarrollo personal"
Como ya hemos visto el Shorinji Kempo no es un arte marcial que se estudie con la idea de ser más fuertes o aprender a pelear, es justamente todo lo contrario. El Shorinji Kempo es una disciplina (gyo) que desarrolla individuos, es decir, lo que pretende este arte marcial es generar personas que sea útiles y ayuden a formar una sociedad donde se puede vivir en paz, donde exista el respeto, la comprensión y la justicia. Y como bien sabemos, los cambios empiezan por pequeñas cosas, así pues para lograr grandes metas primero debemos superar pequeños objetivos, y el primer objetivo que se trabaja aquí es la mejora personal, ya que una sociedad está formada por personas lo primero que debemos conseguir es crear mejores personas y para ello el primer punto es mejorar nosotros mismos como personas. “El hombre necesita tallar su personalidad para ser digno de sí mismo y de los demás”. (Kongo Zen)
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El kanji de gyo (disciplina, conducta), fue interpretado por Kaiso como una muestra de personas fuertes cargando a personas más débiles. Enseñando con ello el objetivo de la disciplina, la conducta correcta de este arte, que no es otro que prestar nuestra fuerza a los más débiles.
Así pues mediante la práctica de este gyo se logra que el kenshin tenga:
- Seguridad: Controlando nuestros movimientos, mejorando nuestros fallos, completando nuestras carencias logramos superar nuestras dudas, el no puedo se convierte en aún no lo logro, dejamos de ver las cosas imposibles para ser simples retos a superar. Este cambio de actitud nos da seguridad, no sólo en el tatami sino en cada aspecto de nuestra vida, no hay imposibles hay esfuerzo
- Valor: El tener que superar nuestro miedo al dolor, al esfuerzo, a según que movimientos, nos da una seguridad y esto nos infunde valor para hacer lo correcto. Sabemos que el dolor es pasajero rendirse es para siempre. "Lo importante no es ganar, lo importante es no perder"
- Fuerza: El ejercicio físico nos desarrolla el cuerpo, nuestra resistencia aumenta, nuestros músculos se endurecen, pero no todo queda en eso. La meditación, el kongo zen, el gyo nos muestra que la auténtica fuerza no reside en los músculos, nuestro carácter, el modo de afrontar la vida, los problemas nos hace resistentes a la adversidad. No hay imposibles
Con estos cimientos podemos empezar a obtener ciertos beneficios personales como son
- La defensa personal: Para llegar a aprender defensa personal se ha tenido que recorrer un largo camino, es más se sigue recorriendo ese camino desde que uno nace hasta que muere. En la vida la auto defensa es indispensable, bien sea verbal o física, nos encontramos con ataques a lo largo de nuestra vida, no todo el mundo hace lo correcto siempre y hay que estar preparado para sobrevivir en la jungla hostil de la vida. Esto no significa, ni mucho menos, que tengamos que ser los más fuertes o que debamos obsesionarnos con ser atacados, es sencillamente tener la posibilidad de defendernos, si no nos queda otra opción. "La mayor victoria es evitar la pelea"
Este conocimiento es muy útil para una sociedad, si yo deseo ayudar a alguien lo primero es poder hacerlo, y para poder hacerlo debo de estar bien conmigo mismo, y debo no caer fácilmente. Si uno va a ayudar a otra persona pero no puede ayudarse a sí mismo será más una lacra que una ayuda, así pues debemos empezar sabiendo defendernos nosotros si queremos poder defender a otro.
- El desarrollo del espíritu: Lo más difícil de educar no es el cuerpo sino el espíritu. Para ayudar, ser justos, compasivos, ecuánimes, es necesario desarrollar estas virtudes espirituales y de este modo no se queden en palabras vacías. Da lo mismo lo mucho que parezca que hemos avanzado en este desarrollo, siempre queda trabajo por hacer y siempre queda algo que aprender, para ello el chinkong y la meditación se vuelven indispensables.
- La mejora de la salud: Cuando hablamos de salud, inevitablemente tendemos a pensar en un cuerpo sano, esto es muy importante claramente, pero la salud no es exclusiva del cuerpo, necesitamos una mente sana, tranquila y serena para tomar decisiones, una mente despejada para discernir entre lo correcto y lo inmoral. La paz y salud mental son tan o más importantes que la salud física, si bien es cierto que una persona físicamente enferma puede ayudar poco, una persona mentalmente inestable (y con ello no hablo de locura, sino de falta de paz, nervios, etc) no puede hacer nada ya que no es capaz de ver lo que es necesario. No se puede ver el fondo de un estanque con las aguas revueltas, por lo tanto la mejora de nuestra salud, tanto física como mental se vuelve indispensable para nuestra vida y la de los que nos rodean.
Si deseo ser útil no puedo estar enfermo, tengo que cuidar mi salud para no preocupar a las personas que me importan y para no ser una carga más que una ayuda.
Con todo esto recibimos de nuestro entrenamiento una educación del espíritu en la compasión y sentido de la justicia, que producirá a su vez una sociedad pacífica y feliz.
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